Micro cables soplados po aire representan una importante evolución en el despliegue de redes de fibra óptica, ofreciendo notable flexibilidad y eficiencia durante la instalación. Sin embargo, una vez que estos cables livianos y de pequeño diámetro se introducen en sus rutas de microductos, surge una pregunta crítica: ¿cómo se conectan al resto de la red? Los procesos de empalme y terminación son los pasos finales vitales que transforman una vía instalada en un enlace de comunicaciones en vivo.
unntes de profundizar en los procedimientos, es fundamental comprender qué distingue a los microcables soplados por aire. Estos cables, que suelen tener entre 2 mm y 6 mm de diámetro, están diseñados para ofrecer una fricción mínima y una flexibilidad máxima. Su construcción suele consistir en:
Este diseño minimalista influye en cada paso posterior en el empalme y la terminación, exigiendo precisión y técnicas especializadas.
El proceso comienza mucho antes de que se encienda la empalmadora por fusión.
1. Acceso y Extracción de Cables:
A diferencia de los cables tradicionales que pasan a través de conductos grandes, los microcables soplados por aire residen dentro de un microducto (normalmente de 5 mm a 14 mm de diámetro). Para acceder al cable, un técnico primero debe cortar con cuidado el microducto utilizando un cortatubos exclusivo. El objetivo es crear una abertura limpia y perpendicular sin rayar la cubierta del cable que se encuentra debajo. Luego se extrae suavemente el microcable, dejando suficiente bucle de servicio (se recomienda de 3 a 5 metros en cada lado) para empalmes y retrabajos futuros. Este bucle suele guardarse en una caja de cierre o de holgura.
2. Desmontaje del microcable:
Este es un paso que requiere un cuidado excepcional. Los pelacables estándar suelen ser demasiado grandes o agresivos para las cubiertas de microcables. En cambio, herramientas pelacables para microcables se utilizan. Estas herramientas permiten un corte preciso y de profundidad ajustable para retirar la cubierta exterior sin dañar los elementos resistentes del hilo de aramida o el tubo protector subyacente. A continuación, el hilo de aramida se recorta cuidadosamente con unas tijeras de alta calidad. El paso final consiste en quitar la capa protectora de las fibras individuales utilizando peladores de fibras de precisión, un proceso idéntico al trabajo con fibras estándar pero realizado en una escala más pequeña y delicada.
El empalme implica unir permanentemente dos fibras ópticas de un extremo a otro. Para microcables soplados por aire, el método preferido es empalme por fusión .
1. Escisión:
Una hendidura perfecta no es negociable para un empalme de bajas pérdidas. La fibra debe rayarse y romperse para crear un extremo perpendicular y plano como un espejo. Las cortadoras eléctricas se utilizan universalmente en entornos profesionales para garantizar cortes consistentes y de alta calidad. Dado el pequeño tamaño de las fibras, la inspección visual con un Microscopio incorporado en la empalmadora de fusión. o es obligatoria una sonda de inspección de fibra separada para verificar si hay defectos antes de empalmar.
2. Empalme por fusión:
El proceso central utiliza una empalmadora por fusión, que alinea los dos extremos de la fibra con una precisión submicrónica. La empalmadora aplica un pequeño arco eléctrico que funde los extremos del vidrio, fusionándolos permanentemente. Las empalmadoras modernas tienen perfiles específicos para fibras estándar monomodo (SMF) o multimodo (MMF), que son aplicables a microcables soplados por aire.
Consideraciones especiales para microcables soplados por aire:
3. Pruebas y documentación de pérdidas por empalme:
La empalmadora por fusión mide la pérdida óptica de cada empalme utilizando un Inyección y detección local (LID) método o mediante un seguimiento OTDR (reflectómetro óptico en el dominio del tiempo) posterior a la finalización. La pérdida aceptable suele ser < 0,05 dB para fibras monomodo. Estos resultados, junto con las ubicaciones de empalme y los identificadores, se documentan meticulosamente para los registros de la red.
La terminación implica equipar la fibra con un conector (por ejemplo, LC, SC) para enchufarla a un equipo o a un panel de conexión. Para los microcables soplados por aire, se utilizan dos métodos principales.
1. Soluciones preterminadas:
Cada vez más popular, esto implica pedir microcables soplados por aire con conectores instalados de fábrica en uno o ambos extremos. Estos conectores están protegidos por una robusta botas de ruptura or líderes extraíbles que están diseñados para soportar la fuerza del soplado. Después de la instalación, se retira la tapa protectora y el conector está listo para usar. Este método elimina el trabajo de terminación en campo, lo que garantiza un rendimiento óptimo del conector, pero requiere una medición precisa de los conductos.
2. Terminación de Campo:
Cuando la terminación previa no es factible, se realiza la terminación en campo. Debido al pequeño diámetro del cable, a menudo no es posible engarzar el conector directamente. El enfoque estándar es:
Este es posiblemente el paso más crítico específico del ecosistema de microcables soplados por aire. Los delicados puntos de empalme y la transición del microcable flexible a un latiguillo o cable de distribución más robusto deben gestionarse de forma impecable.
A Cierre específico para microconducto/microcable se utiliza. Estos cierres están diseñados para:
Empalmar y terminar microcables soplados por aire es una disciplina que combina la precisión de fibra óptica estándar con técnicas especializadas para una anatomía única de microcables. El proceso no es intrínsecamente más difícil que trabajar con cables tradicionales, pero exige una comprensión específica de las herramientas, los cierres y los principios de alivio de tensión correctos. Al priorizar una preparación cuidadosa, un empalme por fusión impecable y, lo más importante, un anclaje y protección mecánicos adecuados dentro de un cierre adecuado, los técnicos de redes pueden garantizar que la velocidad y flexibilidad inherentes de la instalación del microcable soplado por aire se traduzcan en un enlace de fibra óptica confiable, de bajas pérdidas y preparado para el futuro. La clave está en respetar el diseño del cable: su instalación se revoluciona por vía aérea, pero su rendimiento se asegura mediante una meticulosa y práctica artesanía en el punto de conexión.